viernes, 20 de agosto de 2021

Escopetazos en la noche


A todos nos ha sorprendido la noticia del hombre de Ciudad Real de 77 años que ha matado a tiros a un intruso que se coló en su finca (La Atalaya) de madrugada. Enseguida la opinión pública se ha posicionado, a favor y en contra, con la inestimable contribución de los medios: que estaba solo en su casa e hizo bien; que fue un asesino despiadado del pobre muchacho, el cual iba desarmado; que si hubieran expulsado a tiempo al hondureño, esto no habría sucedido; que si el asesinato nunca está justificado; que las respuestas del policía que atendió por teléfono la llamada del anciano eran para enmarcarlas…

Ayer fue la vista para determinar si el homicida confeso era puesto en libertad o mantenido en prisión preventiva a la espera de juicio. Finalmente se decidió no dejarlo libre.

Más allá de que se trate casi de un octogenario y eso mueva a la piedad a buena parte de la sociedad, que también, me llaman la atención y me inquietan algunas declaraciones de personas conocedoras de la ley que he oído a lo largo de estos días:

He oído al abogado de la familia decir que este señor solo estaba defendiendo su propiedad y no su vida. Dicho de otra manera –y esto es interpretación mía-, que poco menos que tenía que dejar que le robaran.

He leído a un individuo que ha trabajado en seguridad durante muchos años, que decía que quien tiene una escopeta de caza no puede pegar un tiro salvo para cazar. Ni para defensa ni para nada que no sea exclusivamente el uso que se especifica en la licencia del arma.

He escuchado la conversación que el detenido mantuvo con el policía justo después del incidente, en la que el citado agente, escandalizado, le pregunta por qué no les llamó a ellos en vez de disparar. ¿Han probado ustedes a llamar a la policía cuando tienen algún problema? Ahí lo dejo.

He oído cómo le preguntaban al presunto asesino si la motosierra que decía que el asaltante portaba en las manos estaba encendida o apagada. Imagino que si un hombre de 35 años le da un buen golpe con una motosierra a otro que le dobla la edad, puede dejarlo tieso.

Hasta alguien ha llegado a decir que el anciano dejó la puerta de la finca abierta. Vamos, que estaba invitando a los ladrones a entrar o que no se podría considerar un asalto a la finca puesto que no se había forzado ninguna entrada. No sé muy bien a cuál de los dos supuestos pretendía referirse quien aportaba este argumento pero, sea como fuere, tampoco tiene desperdicio.

Incluso han entrevistado a la madre del difunto, que asegura que su hijo no entró a robar y que el detenido es muy frío, grosero y no se ha disculpado…

El argumento definitivo parece ser el de la distancia a la que se hicieron los disparos que, por lo visto, es mayor de lo preceptivo en un caso de defensa propia. Dicho de otra manera, que hasta que no tuviera al individuo encima no tenía derecho a defenderse.

Así las cosas, resulta preocupante que el debate en los medios se centre en determinar si el anciano es un asesino despiadado y no se analice lo mollar: que si entran en tu propiedad a media noche, tienes que tener mucho cuidadito con cómo te comportas para no meterte en un berenjenal judicial.

Llame usted a la policía y espere sentado y tranquilito a que llegue. Si, mientras, le desvalijan la propiedad…, pues mala suerte. Ponga usted una denuncia, vuelva a esperar sentado y agradezca que no le han tiroteado además.

Quizá los españoles deberíamos ir promoviendo un cambio en la legislación a este respecto porque, de lo contrario, cada vez nos encontraremos más situaciones como esta, ya que los delitos contra la propiedad van en aumento y muy poca gente sería capaz de reaccionar con la aconsejada proporcionalidad en semejante situación.