lunes, 22 de julio de 2013

¿Mujer contra mujer?

Esta mañana me desayuno con la imagen de la derecha, que me llega a través de una página de Facebook llamada “Lo mejor en estilo de vida para la mujer” de la que NO soy seguidora (https://www.facebook.com/pages/Lo-Mejor-En-Estilo-De-Vida-Para-La-Mujer/1399728736907255).
Me doy cuenta de que se trata de publicidad (una dieta para quitar barriga en poco tiempo), algo a lo que no suelo prestar atención. Pero en esta ocasión me ha sido imposible no fijarme en el cuerpo de esa muchacha. Primero, porque a primera vista parece un fotomontaje: todo en ella se ve normal menos ese abdomen escuálido y musculoso. Y, después, porque de ser una foto real me resulta de lo más repulsiva.

La imagen cuenta con más de 600 “me gusta” y unos 120 “compartidos” de no sé cuántos rincones del mundo. Desconozco si dicha página es fiable o no, ni me importa. Lo que no entiendo es por qué hay quienes aún sostienen que un saco de huesos tiene belleza. Buscando en hemerotecas me encuentro con la noticia de que, por ejemplo, H&M quería hacer retoques a las fotos de Beyoncé para adelgazarla de cara a una campaña de bikinis (¡Por Dios! Una mujer con cuerpo de mujer, ¡qué vulgaridad!), pero ella se negó (menos mal).

Sin embargo, este no es problema de una marca en concreto, y se trata de un tema espinoso y difícil de tratar con la gente del mundo de la moda. Recuerdo que, en una ocasión, un diseñador español al que se le preguntó en este sentido respondió que ellos solo reflejaban lo que había en la calle. Y yo, sinceramente, no suelo encontrarme tantos huesos paseando por las aceras, pero en fin… Teniendo en cuenta el poder de la imagen y de la publicidad, lo lógico es pensar que son ellos quienes tratan de imponernos sus antiestéticos e irracionales cánones. La pregunta, una vez más, es por qué. Y, bueno, la respuesta la sabemos más o menos pero no es políticamente correcto decirla.

Algunas modelos atribuyen su excesiva delgadez a la madre Naturaleza, que las ha dotado de una genética y un metabolismo envidiables que, en muchos casos, las mantienen así sin necesidad de hacer ejercicio. Yo cambiaría el término “envidiables” por el de “anormales”, pero tampoco es correcto hoy en día decir esto. Mientras no se colme el vaso, todo seguirá como está. Lo más peliagudo radica en que además de antiestético, es insano.

De este modo, la anorexia y la bulimia siguen ahí y aumentando, aunque últimamente se hable menos de ello. ¿No deberían tomar verdaderas cartas en el asunto tanto los profesionales de la Sanidad como los gobiernos para poner fin de una vez a esta soberana estupidez que tantos sufrimientos está causando? Quizá nadie se atreve a coger el toro por los cuernos: ¿un mundo que mueve mucho dinero?, ¿personas de mucha influencia?…

¿Y las mujeres? ¿Acaso no ven que este machismo solapado no tiene pies ni cabeza? ¿No queremos ser libres y modernas? Recuerdo a una compañera de máster que era obesa pero con una cara perfecta, preciosa: una andaluza de ojazos negros y rostro de imagen. Pues nadie de la clase dijo nunca que fuese guapa: la guapa oficial era una alta con apariencia de modelo, delgada (no esquelética, desde luego), agraciada sin ser bella y con marcas de acné. Una chica agradable aunque del montón. Pero, claro, es que ser gordo en esta sociedad es algo horrible. Hay que ver cómo nos han atornillado el arquetipo de belleza que debemos aplaudir.

Como ya he dicho, el problema seguirá su curso hasta que la situación se haga insostenible, como siempre. Mientras, los que hace años ya abordábamos la cuestión en estos términos, seguimos predicando en el desierto o callando para evitar broncas que poco (nada) van a solucionar. ¿Hasta cuándo, compañeras?

(Nota: el título del artículo carece de toda intención lésbica)

domingo, 21 de julio de 2013

Marca Espanya, con eñe

Al segundo de a bordo de la Marca España "lo han dimitido" por twittear «Catalanes de mierda. No se merecen nada», a pesar de haber pedido ulteriores disculpas como se ve en la imagen adjunta. Unas disculpas, por cierto, algo confusas ya que parecen un “sí pero no” y un “no pero sí”, fruto seguramente de su turbación posterior a la cagada (puesto que de heces iba la cosa). Confusas también puesto que dice “me voy” cuando en realidad lo han puesto de patitas en la vía pública: «Margallo destituye fulminantemente a Juan Carlos Gafo», dice el titular de La Vanguardia. Una pena, ya que nos habíamos hecho la ilusión de que alguien dimitía en este país.

Pero vayamos a los motivos que condujeron a este promotor oficial de España a soltar semejante improperio. Según él, todo se debió a unas pitadas catalanistas contra la bandera española. Y, claro, Gafo, españoleador de profesión (ex españoleador ahora) se sintió ofendido y reaccionó sin pensárselo dos veces, de mala manera y en público (internet).

Y digo yo, sabiendo que a Urdangarin lo han pillado por los e-mails, que a Rajoy puede que lo trinquen por los SMS y que de la señora Hormigos mejor ni hablamos… ¿cómo es posible que aún haya personajes públicos capaces de electrocutarse de este modo con la tecnología? Igual es que no llegan más arriba los más listos, quién sabe… Pero este ya es tema para otro artículo. Por otro lado, el ver que a alguien se le destituye fulminantemente quizá abra otra vía de esperanza para los ciudadanos de un país en el que no hay forma de levantar los culos de nuestros representantes de sus respectivos sillones ni tapizándoselos de higos chumbos.

Ingenuidades aparte, esto no pasa de ser una mera anécdota que pone de manifiesto, de nuevo, que una cosa es lo que se dice o hace oficialmente y otra lo que se piensa en realidad. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso del jefe de Tráfico de Girona, pillado conduciendo a 160 km/h. Esto me recuerda aquello de “cumplir y hacer cumplir”. Lo segundo todos lo llevan a rajatabla —aquí no nos deslizamos nadie—; respecto a lo de cumplir… hay que ser muy responsable, muy formal y tener mucha vergüenza para predicar con el ejemplo. Y yo me pregunto, ¿tenemos a personas con este perfil defendiendo los intereses de nuestro país?

miércoles, 17 de julio de 2013

Huevos con chorizo para desayunar

Érase que se era una portada de La Gaceta en plena crisis política, con los bolsillos tiesos y las esperanzas perdidas. En un aciago 17 de julio, esta cabecera de vanguardia nos regala la vista y nos castiga el estómago con una inenarrable visión de los bajos de un torero retirado. Bueno, retirado parece que no, porque ha vuelto a la carga con toda la artillería. Eso sí, cubierta con una mano y con la pátina de trágica solemnidad que le proporcionan sus dos compañeros de portada: Rajoy y Rubalcaba. Para los más rezagados y aún vírgenes en esta cuestión, lo diré crudamente puesto que la realidad en todo caso supera mis humildes palabras: Jaime Ostos enseña una herida “de guerra” con la mano derecha al tiempo que se tapa las canicas con la izquierda. La dantesca escena solo ocupa las tres cuartas partes de dicha portada, el resto está dedicado a asuntos de actualidad que ahora pasan a un segundo plano “por cojo…”, perdón, por imperativo de la noticia. Rajoy apunta con un dedo a Rubalcaba y este aguanta estoicamente el chaparrón, puesto que también los “triunfos” del torero le señalan desde su elevada posición.

Os recomiendo hacer una búsqueda en Twitter al respecto. Basta con poner “Jaime Ostos” (https://twitter.com/search/realtime?q=jaime%20ostos&src=typd) y podréis leer los más jugosos y profundos análisis de la cuestión: “Ostos muestra la marca España”, “Ostos oculta los recibís de Bárcenas”, y se habla de lo que se ha perdido Interviú, de las ingles brasileiras del protagonista y de cuántos internautas no van a poder desayunar o echar la siesta hoy… Incluso los más espabilados han hecho varios fotomontajes.

Me gusta esta nueva línea editorial de La Gaceta. La crisis con humor se sobrelleva de otra manera, dónde va a parar. ¿Para qué tapar las vergüenzas de este señor con un trapo o un tanga? El diario celebra el 50 aniversario de la cornada de Tarazona por todo lo alto (o lo bajo, según se mire). Lo único que me preocupa es que mañana se conmemora el alzamiento de Franco, ¿serán capaces estos de celebrarlo retirando la pudorosa mano y mostrando al interfecto presentando armas?

domingo, 14 de julio de 2013

La quincena de Mario Conde



Como sabemos, Telecinco ha emitido la miniserie de dos capítulos “Los días de gloria” basada en el libro homónimo del ex-banquero Mario Conde. Dichos capítulos iban acompañados de sendos debates periodísticos y de una entrevista al interesado, ofrecido todo ello al espectador como “La noche de Mario Conde”.

Tuve oportunidad de ver el primer capítulo, aunque no la entrevista ni el debate posteriores y no puede ver nada del segundo programa. Gracias a internet, he podido subsanar la primera cuestión y también ver el segundo capítulo pero no el programa que lo acompaña ya que, por alguna razón, Telecinco no termina de colgarlo en la web destinada a ello. Algunos sugieren que el motivo es el solemne cabreo que se ha cogido el protagonista después de que la cadena, según él, eliminara una importante secuencia de la miniserie, ofreciera como directo lo que era grabado e introdujera el tema de la muerte de su esposa en el debate (su twitter aún echaba humo hace pocas horas).

Así las cosas, opinaré de lo que he tenido oportunidad de ver. La miniserie es, según Conde, bastante fiel a los hechos reales, con conversaciones literales entre los protagonistas de los hechos. Y mi primera impresión es que Mario Conde era un hombre tan inteligente como osado. Él mismo asegura en la entrevista que no creía que tuviera que pedir permiso para entrar en ese nuevo y exclusivo mundo de la banca, puesto que por derecho podía entrar. También me llama la atención el modo en que reaccionaba a las críticas de algunos periodistas. Por ejemplo, Beatriz Cortázar, que opinaba que la caída de Conde se debió a que no era tan listo como él creía ni los otros tan tontos como él pensaba. El ex-banquero pareció tocado en su ego y aprovechó la primera oportunidad para intentar dar caña a Cortázar cogiéndola en una supuesta contradicción.

Como recordaremos, Mario Conde fue condenado por la Audiencia Nacional, más condenado aún por el Tribunal Supremo y solo el Comité de Derechos Humanos de la ONU dictaminó que España había vulnerado el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de Nueva York. Pero no voy a opinar sobre las cuestiones legales del asunto, puesto que no soy experta en la materia, solo aspiro a dar mi visión de los hechos como ciudadana de a pie. Y así, desde esta distancia, me da la impresión de que el brillante y osado Conde se metió en una cueva de lobos. No digo que él no lo fuera también, no lo sé, pero sí que los demás vieron en él un peligro y a buen seguro, como dice el libro, aunaron esfuerzos para pulverizarlo. En cierto modo es comprensible. Como dije en otro artículo, nuestra Democracia a la hora de la verdad no es tan democrática como debiera ser. Y parece que siempre existen medios oficiales u oficiosos por los que quien tiene la sartén por el mango puede imponer sus normas.

Recuerdo que mi profesor de Gestión Comercial decía que tuvo la oportunidad de conocer a Conde y que tenía tal carisma y era tan envolvente que después de estar un rato con él era casi inevitable echarse la mano al bolsillo para ver si faltaba algo. Todo esto lo contaba en tono jocoso, pero creo que refleja bien parte de ese temor y recelo que podían sentir hacia él los peces gordísimos de nuestra sociedad. Máxime cuando hemos comprobado, dolorosamente, la mediocridad reinante entre quienes ostentan cargos de poder y decisión. Dicho de otra manera: llega un tío como Conde, con una inteligencia muy superior a la media, con un carisma arrollador, con objetivos que no coinciden con los tuyos y que no solo no se amilana fácilmente sino que va a por todas y te acojonas, pero bien. Pero yo solo soy, como dije, una ciudadana de a pie, quizá no tendría que ser así en las altas esferas (¿o sí?).

No sé si Conde quería entrar en política o no, aunque también hubiera estado en su derecho; no sé si su condena se ajustó o no a Derecho, pero sí creo que hubo de haber muchos interesados en fulminarlo antes de que fuese demasiado tarde.

Como él mismo decía en la entrevista, jugó la partida hasta el final. Quizá le perdió la soberbia que con frecuencia acompaña a las mentes brillantes y creyó que podría alcanzar sus objetivos eliminando sin excesiva dificultad los obstáculos, pero se equivocó. Hubiera sido aún más inteligente prever los acontecimientos, que se veían venir, y dar un golpe de timón en su vida para no perderlo todo, tanto por él mismo como por su familia. Pero creo que eso no hubiera encajado con su personalidad de ganador.

Sigo a la espera de ver el debate que acompañó al segundo capítulo y que debería estar colgado en esta dirección: http://www.telecinco.es/tvmovies/mario-conde/noche-mario-conde-on-line_2_1634880006.html Como ya he dicho, Conde se queja de que este debate trató el tema de la enfermedad de su esposa, cuando la miniserie no toca dicho asunto en ningún momento. Hasta que no vea el vídeo no podré saber si se habló de ello de pasada o si los profesionales del cotilleo ahondaron en la herida, supongo que ya por pura deformación profesional. Quizá sería interesante tratar este punto en otro artículo.

miércoles, 10 de julio de 2013

Chupinazo, pitón y pulpos



Circula por la red un vídeo de los Sanfermines de este año donde se ve a una chica a hombros de un muchacho enseñando un pezón y siendo objeto de magreo por parte de otros chicos circundantes. No se aprecia si hay consentimiento o rechazo de la interesada. Basándose en estas imágenes, algun@s feministas hablan de violencia de género, sin aportar más pruebas que dichas imágenes. No saben quién es ni la han buscado para conocer su versión, ni se sabe por qué se le ve el pecho, ni quiénes son los muchachos ni nada de nada. El artículo feminista al que hago referencia argumenta que las mujeres nunca lo harían si un chico les enseñase sus partes nobles.

No es la primera vez que en unos Sanfermines se ve a una chica levantándose la camiseta para enseñar sus encantos en plena vía pública; no es la primera vez que la gente se emborracha en estas fiestas y hace locuras; y, por el momento, tampoco hay noticia de ningún tipo de denuncia de la “afectada” por estos hechos.

Algunas lo tenemos muy claro: no nos metemos en aglomeraciones de borrachos ni les enseñamos las tetas en plena calle, no por timidez (faltaría más, a mi edad) sino por si acaso… Quien hace barbaridades entre “bárbaros” pudiera ser objeto de su barbarie (o no, todo es probar suerte).

Así las cosas, el debate a cuenta de dicho artículo está que arde. Y recomiendo su lectura, porque hay opiniones para todos los gustos. No faltan hombres que aseguran haber sido magreados por mujeres en parecidas circunstancias, feministas que no están de acuerdo con la visión que se da del asunto y defensores a ultranza de los derechos de toda mujer a enseñar los pechos donde le plazca sin que el resto de ciudadanos se inmute. El artículo se llama “Tetas y toros” y este es el enlace: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article54745#forum44003

Solo un apunte más, así de pasada y a modo de conclusión. Tengo muy claro que como algunas mujeres sigan tirando de la cuerda del feminismo de forma insensata, la cuerda se va a romper y desgraciadamente vamos a volver al statu quo anterior. Los hombres buenos se sienten acorralados y así lo manifiestan desde hace tiempo. Digo “los hombres buenos” puesto que con los malos (al igual que con las malas mujeres) no hay quien pueda. Esos seguirán pegando y matando a sus féminas porque no se detienen ante nada. Son los buenos los que están sufriendo las consecuencias de un feminismo mal entendido, que promulga el derecho de la mujer a hacer todo lo que le venga en gana sin que ello pueda tener consecuencia alguna: ni de obra, ni de palabra ni tan siquiera de pensamiento. Más parece una venganza que una verdadera búsqueda de la igualdad. Y las revanchas no engendran equilibrio sino más ira, contenida o finalmente desbordada.