Circula por la red un vídeo de los Sanfermines de este año donde
se ve a una chica a hombros de un muchacho enseñando un pezón y siendo objeto
de magreo por parte de otros chicos circundantes. No se aprecia si hay
consentimiento o rechazo de la interesada. Basándose en estas imágenes, algun@s
feministas hablan de violencia de género, sin aportar
más pruebas que dichas imágenes. No saben quién es ni la han buscado para conocer su versión, ni se sabe por qué se le ve el pecho, ni quiénes son los
muchachos ni nada de nada. El artículo feminista al
que hago referencia argumenta que las mujeres nunca lo harían si un chico les enseñase sus partes nobles.
No es la primera vez que en unos Sanfermines se ve a una
chica levantándose la camiseta para enseñar sus encantos en plena vía pública;
no es la primera vez que la gente se emborracha en estas fiestas y hace locuras;
y, por el momento, tampoco hay noticia de ningún tipo de denuncia de la
“afectada” por estos hechos.
Algunas lo tenemos muy claro: no nos metemos en aglomeraciones
de borrachos ni les enseñamos las tetas en plena calle, no por timidez
(faltaría más, a mi edad) sino por si acaso… Quien hace barbaridades entre
“bárbaros” pudiera ser objeto de su barbarie (o no, todo es probar suerte).
Así las cosas, el debate a cuenta de dicho artículo está que
arde. Y recomiendo su lectura, porque hay opiniones para todos los gustos. No
faltan hombres que aseguran haber sido magreados por mujeres en parecidas
circunstancias, feministas que no están de acuerdo con la visión que se da del
asunto y defensores a ultranza de los derechos de toda mujer a enseñar los
pechos donde le plazca sin que el resto de ciudadanos se inmute. El artículo se
llama “Tetas y toros” y este es el enlace: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article54745#forum44003
Solo un apunte más, así de pasada y a modo de conclusión. Tengo
muy claro que como algunas mujeres sigan tirando de la cuerda del feminismo de
forma insensata, la cuerda se va a romper y desgraciadamente vamos a volver al statu quo anterior. Los hombres buenos se sienten acorralados y así lo
manifiestan desde hace tiempo. Digo “los hombres buenos” puesto que con los
malos (al igual que con las malas mujeres) no hay quien pueda. Esos seguirán
pegando y matando a sus féminas porque no se detienen ante nada. Son los buenos
los que están sufriendo las consecuencias de un feminismo mal entendido, que
promulga el derecho de la mujer a hacer todo lo que le venga en gana sin que
ello pueda tener consecuencia alguna: ni de obra, ni de palabra ni tan siquiera
de pensamiento. Más parece una venganza que una verdadera búsqueda de la
igualdad. Y las revanchas no engendran equilibrio sino más ira, contenida o
finalmente desbordada.
La cuestión es que todas las fiestas de San Fermín hay decenas de denuncias por agresiiones sexuales y una media de 3 violaciones. Que aparezca este tipo de imágenes solo alienta este tipo de comportamientos, ya sea en plena plaza durante el chupinazo, ya sea en un callejón durante las fiestas. Lo que debería preocuparnos es que esto no fuese motivo de debate, porque por mucha barbaridad que pueda parecer que una mujer enseñe sus pechos, el comportamiento de los que la rodean es deprorable. No será violencia de género, pero esto yo lo considero una agresión sexual en toda regla.
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