A todos nos
ha sorprendido la noticia del hombre de Ciudad Real de 77 años que ha matado a
tiros a un intruso que se coló en su finca (La Atalaya) de madrugada. Enseguida
la opinión pública se ha posicionado, a favor y en contra, con la inestimable
contribución de los medios: que estaba solo en su casa e hizo bien; que fue un
asesino despiadado del pobre muchacho, el cual iba desarmado; que si hubieran expulsado
a tiempo al hondureño, esto no habría sucedido; que si el asesinato nunca está
justificado; que las respuestas del policía que atendió por teléfono la llamada
del anciano eran para enmarcarlas…
Ayer fue la
vista para determinar si el homicida confeso era puesto en libertad o mantenido
en prisión preventiva a la espera de juicio. Finalmente se decidió no dejarlo
libre.
Más allá de
que se trate casi de un octogenario y eso mueva a la piedad a buena parte de la
sociedad, que también, me llaman la atención y me inquietan algunas declaraciones
de personas conocedoras de la ley que he oído a lo largo de estos días:
He oído al
abogado de la familia decir que este señor solo estaba defendiendo su propiedad
y no su vida. Dicho de otra manera –y esto es interpretación mía-, que poco
menos que tenía que dejar que le robaran.
He leído a
un individuo que ha trabajado en seguridad durante muchos años, que decía que
quien tiene una escopeta de caza no puede pegar un tiro salvo para cazar. Ni
para defensa ni para nada que no sea exclusivamente el uso que se especifica en
la licencia del arma.
He escuchado
la conversación que el detenido mantuvo con el policía justo después del
incidente, en la que el citado agente, escandalizado, le pregunta por qué no
les llamó a ellos en vez de disparar. ¿Han probado ustedes a llamar a la
policía cuando tienen algún problema? Ahí lo dejo.
He oído cómo
le preguntaban al presunto asesino si la motosierra que decía que el asaltante
portaba en las manos estaba encendida o apagada. Imagino que si un hombre de 35
años le da un buen golpe con una motosierra a otro que le dobla la edad, puede
dejarlo tieso.
Hasta
alguien ha llegado a decir que el anciano dejó la puerta de la finca abierta.
Vamos, que estaba invitando a los ladrones a entrar o que no se podría
considerar un asalto a la finca puesto que no se había forzado ninguna entrada.
No sé muy bien a cuál de los dos supuestos pretendía referirse quien aportaba
este argumento pero, sea como fuere, tampoco tiene desperdicio.
Incluso han
entrevistado a la madre del difunto, que asegura que su hijo no entró a robar y
que el detenido es muy frío, grosero y no se ha disculpado…
El argumento
definitivo parece ser el de la distancia a la que se hicieron los disparos que,
por lo visto, es mayor de lo preceptivo en un caso de defensa propia. Dicho de
otra manera, que hasta que no tuviera al individuo encima no tenía derecho a
defenderse.
Así las
cosas, resulta preocupante que el debate en los medios se centre en determinar si
el anciano es un asesino despiadado y no se analice lo mollar: que si entran en
tu propiedad a media noche, tienes que tener mucho cuidadito con cómo te
comportas para no meterte en un berenjenal judicial.
Llame usted
a la policía y espere sentado y tranquilito a que llegue. Si, mientras, le
desvalijan la propiedad…, pues mala suerte. Ponga usted una denuncia, vuelva a
esperar sentado y agradezca que no le han tiroteado además.
Quizá los
españoles deberíamos ir promoviendo un cambio en la legislación a este respecto porque,
de lo contrario, cada vez nos encontraremos más situaciones como esta, ya que los delitos contra la propiedad van en aumento y muy
poca gente sería capaz de reaccionar con la aconsejada proporcionalidad en
semejante situación.