viernes, 2 de agosto de 2013

Expediente Moto X

Ayer se presentó Moto X, el smartphone de Google y Motorola. Y hoy he podido leer lo que publican los diarios acerca de él. Los titulares auguraban una gran revolución tecnológica en el mundo de la telefonía móvil pero, leyendo con detenimiento el contenido de la noticia, me da la sensación de que se trata de más de lo mismo: mucha chulería y poca chicha. Lo siento, pero desde que me compré el iPhone (aún me duele el bolsillo) parece que estoy en guerra con los teléfonos de última generación, aunque en realidad no sea así.

El Moto X tiene el reconocimiento de voz de las Google Glass, se activa con el movimiento y se pueden personalizar sus carcasas (¿esto no pasaba ya con los "ladrillos" de finales de los 90?). Es decir, chorraditas. Lo único que a primera vista veo más o menos de provecho es el bajo consumo que se supone que tiene, el reducido precio del que hablan (unos 130 euros) y los 10 megapíxeles de su cámara (si tiene buena óptica, estupendo). Por lo demás, lo de siempre un poco mejorado.

Pero sigo echando de menos una conectividad sencilla y total con el ordenador, de la que no hablan; poder almacenar en él y utilizar a discreción todo tipo de archivos, a lo que tampoco hacen referencia; la personalización del contenido del dispositivo, no de su apariencia; y aplicaciones de una calidad bastante más decente, pero eso ya son otros López. Puestos a pedir… navegación por internet similar a la del ordenador, Flash…, etc. Pero a día de hoy parece que eso es querer el cielo.

Sigo esperando un ordenador de bolsillo que nunca termina de llegar del todo. Y sigo insistiendo en que no creo que sea tan difícil de fabricar. No busco un móvil para “bacilar con los colegas” sino para trabajar con él, y supongo que no soy la única. Sé que llegará, lo que no sé es hasta cuándo tendremos que esperar.

(Agradecería opiniones de gente que adquiera este nuevo móvil cuando se ponga a la venta)

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